Traigo una luciérnaga en la garganta, que quedó atorada en la sorpresa de un sueño.
Lleva la calidez de su luz hasta un lado izquierdo de mi pecho, que está irascible, pequeño, muerto.
Temo abrir la boca y dejar escapar mi esperanza.
Temo rememorar y morir de nuevo.
El espejo me habla, me grita, me escupe la verdad.
Y me vuelvo una sorda consciente.
Eddy Raquel Ortiz Chaparro
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